Sun in the UK, en resumen...

Wordle: Sun in UK

Thursday, December 20, 2007

Amsterdam: entrada libre, pero un frio de c...

Y salimos de la manga. Con la primera sonrisa nos pusimos la campera, los guantes y caminamos por los interminables pasillos del aeropuerto de Amsterdam. Llegamos a migraciones y yo esperaba que Avgoustinos pasara antes que yo (por ser ciudadano europeo), pero no: esto de tener una princesa argento-holandesa tiene sus ventajas, por eso el oficial me saludó con un "hola, gracias" y, sello de por medio, me despachó sin pregunta alguna. El pobre chino que estaba delante mío se tuvo que comer 15 minutos de preguntas. Amigos, claro ejemplo de que este mundo sigue manejándose por los pantalones de los hombres. Chicas, ¿quién se ofrece a casarse con el príncipe Harry así tenemos entrada libre a UK?


Bueno, entramos nomás. A pesar que los grados centígrados decrecían a medida que pasaban las horas, el Hotel Lloyds nos esperaba con una habitación increíble por lo que pagamos. El diseño muy chick por un par de mangos es una idea a tener en cuenta cuando esten renovando sus habitaciones amigos. Una buena cama y acolchado blanco, paredes naranjas y una bañadera en el medio del cuarto. Con eso estamos hechos. Ah, adentro del placard está el lavatorio y separado el inodoro, haciendo las veces de baño. La verdad que mirar la ciudad desde el agua es otra cosa.


Pero la ventana escarchada nos recuerda también el frío polar. Cada vez que salimos, el atuendo básico es dos pares de medias, gorro, bufanda, dos sweaters, camperón y botas. Si te olvidás los guantes, directo a amputación. Lo común fue cero grados y llegamos a sufrir menos cinco. Creo que el lunes a la noche fue peor porque nos mirábamos cada dos cuadras deseando estar en Buenos Aires o Nicosia. En Delft, los ríos y lagunitas servían de pista de aterrizaje de los pájaros que aprendían a patinar sobre hielo.


Con Augus tenemos una teoria. La gente no solo usa el tranvía y los trenes para moverse de acá para allá, porque sean eficientes o limpios (aunque caros, por supuesto), sino sobre todo cuando esta cansada de no sentir la cara, los pies o hasta el culo. Pero también estan los valientes o atemplados que salen a andar en bici con un simple bucito en la Miramar holandesa o la ciudad de los bicivoladores. A pesar del frío pedalean de lo lindo.


Aunque sin bicicletas, recorrimos caminando y en bote la Amsterdam de los canales, de los coffee shops y de la zona roja. Nosotros preferimos la droga de Van Gogh, Vermeer y Rembrandt. Vale lo mismo, pero el efecto dura más tiempo. Entren a ver mis fotos pero antes pónganse una bufanda: http://www.flickr.com/photos/suninuk/

Saturday, November 10, 2007

La indiscutible fiesta es la latina

"Bomba, para bailar esto es una bomba..." Un kuwaiti que a pesar de su corta estatura movía sus piernas como Chayanne, uno de Kazaksthan que alcanzó el éxtasis al ritmo de una licuadora, y mi amigo de Guayana que gritaba como loco después de tres cervezas y cuatro horas de transpirar la camisa al ritmo de la salsa, el reguetón y la cumbia latina. Este es el escenario de la primer fiesta en la que todos bailaron y la pasaron bomba desde que llegué a esta ciudad.

Amigos, nuestra típica música de casamiento es el centro indiscutible de un buen momento en cualquier parte del mundo. Imagínense a un austríaco, una alemana y dos ingleses tratando de copiar mis pasos y movimientos de cadera con ¡un Calamaro queriendo hacer el amor en el balcón! Esto es incomparable a cualquier intento de diversión en un bollywood party (una mezcla de música india con aerobics) o alguna otra fiesta temática que la universidad propuso en estos meses. Ayer el reguetón hizo explotar a ingleses de traje mientras veían a africanas, asiáticas, europeas y latinas mover las caderas con unos jeans bien ajustados.

Como verán, esté donde esté un buen cuarteto y el matador de los cien barrios porteños de nuestros Fabulosos la siguen rompiendo.

Sunday, November 4, 2007

Rutinas post cambio de piel

¿Qué hacés durante el día? Esta suele ser la pregunta de algunos amigos y familia que andan por mi Buenos Aires querido. Bueno, el cambio de piel conservó algunas escamas previas y agregó algunas otras nuevas. Veamos.

El café con leche con tostadas y manteca sigue intacto, pero le hemos agregado cereales con leche gracias a la influencia de Debbie y Sayda en mi pasada por su cálido hogar londinense. A veces pausado, con diario de por medio o algún libro, y otras a las apuradas para no llegar tarde a clase. Lo bueno es que tengo un tostador eléctrico en la casa, así que siempre me las ingenio para no perderme la mejor comida del día. Y a empezar se ha dicho.


En vez de trabajar acá estudio. Aunque por supuesto es un placer, este es otro tipo de trabajo. Entre dos y seis horas me dedico a escuchar a mis profesores y a debatir en clase. Y mi after office es una especie de charla con o sin café, hasta a veces de parados, con mis compañeros africanos, europeos, asiáticos y de medio oriente. Los americanos escasean. Para recordar mi lengua camino de regreso a mi hogar y Nadia, una peruana con quien comparto la casa, me espera con un lindo ¿cómo estás?! Pero antes de escucharlo paso por la biblioteca a buscar o renovar alguna de las pilas de libros diarias que se amontonan en mi escritorio a la espera de una ojeada, aunque sea.


Un plato de arroz, una ensalada, un omelette de queso o unos fideos con manteca suelen ser mi almuerzo veloz. De la lavada de platos paso directo a leer, escribir, o debatir en una plataforma online. Hay días más productivos que otros. Pero siempre un laburito para el cerebro tengo a la espera. A veces el mate ayuda, otras un buen café para despertarme o algún cd de fondo. Y acá la noche llega rápido.


Oscurece a las seis, aunque ahora que estamos en un otoño medio invierno la luz natural escasea más temprano. Y seguro Mehriban o Nadia -las otras damas de la casa- cocinan algo así que yo me dispongo a hacer lo mismo y compartir la cena con ellas alguna que otra vez. Un pastel de papas o pescado al horno han sorprendido a quien les habla en base a las inexistentes habilidades culinarias en cartera. Otras cenas tengo alguna compañia masculina, pero eso lo dejamos ahí.


Los fines de semana la rutina se altera con una cerveza entre amigos en algun barcito estilo kilkenny o una visita a Vanesa y Alexis, las chicas de Londres. Como verán para la vida social siempre me hago un lugar. El cambio de piel no puede con ese gen.

Sunday, October 21, 2007

Cambiando el color de piel

Somos animales de costumbres, hay que aceptarlo. Cuando andamos perdidos en un ambiente nuevo nos toma nuestro tiempo cambiar la piel de verde a roja, dejar caer las escamas y volver a sentir comodidad. En eso ando yo en estas semanas: profesores con Phd en sus espaldas que son humildes e informales, pizarrones inteligentes que funcionan como la pantalla de una laptop, caminatas de una hora y media como pan de cada día, cena a las siete de la tarde en un otoño que parece invierno, y bibliotecas que ofrecen un inmenso compilado de conocimiento del planeta a un click de distancia. El proceso es placentero, fácil y difícil a la vez, incómodo pero saludable para nuestro camaleón interior ¿Y los cambios en sus vidas cómo andan?

Tuesday, October 9, 2007

Un descanso bajo la sombra de un mismo árbol

Es martes 2 de octubre y la noche inglesa no nos deja dormir. En el jardín de mi nuevo hogar, diez almas expulsamos humo por la boca a pesar de que la conversación que nos mantiene a la intemperie es cálida. Una conversación sobre la realidad. La realidad de Zimbabwe, de Venezuela, de Argentina, de Inglaterra, de Guayana, de India. La noche parece estar detenida en el tiempo mientras el aliento de cada uno se vuelve cada vez más frío, aunque sólo queremos seguir ahí, pululando en la conversación de la noche, encandilados por las luces del jardín.


Un descanso bajo la sombra de un mismo árbol. Eso es el multiculturalismo. Aunque a veces en nuestras grandes ciudades o pequeños pueblos el “pluralismo cultural” suene algo lejano, algo que no nos toca o que no capta nuestro interés en la vida agitada de trabajo de Buenos Aires, está ahí, esperándonos. Esperándonos e invitándonos a participar de la conversación, para enseñarnos siempre algo nuevo sobre los otros. Esos otros de los que les hablaba hace unos días. Pero no solo para conocer sus creaciones y expresiones, sino sus vidas, historias, olores, lenguas, sonrisas, y hasta su humor y su amistad.


Amigos, acá tengo un gran roble donde relajarme bajo su sombra. Más de 150 países representados en los estudiantes extranjeros que vienen a esta universidad a formarse para luego volver a sus respectivos lugares de origen o andar de aquí para allá tratando de hacer algo diferente. Estudiantes como el chipriota con humor porteño, con el que no puedo parar de reírme y filosofar; como mi amiga de Turkmenistán, que me espera siempre con una sonrisa y un té verde para probar; y como el sudamericano de Guayana, un latino angloparlante con el que comparto las complicidades del continente y hasta el amor a Paul Farmer (Poli, can you believe this!). Este árbol es lo mejor de la universidad. Los suelos, aires, idiomas y transpiración de los otros. Esos distintos, esos iguales.

Thursday, September 27, 2007

Los otros y sus creaciones

La cultura da forma a nuestra visión de la realidad. Cada persona y sus creaciones actúan como espejos donde todos pueden mirarse. Esto nos permite crear y recrear conceptos que moldean nuestras actitudes a través de la mirada de los otros. Y la verdad que acá los museos, teatros, y exhibiciones gratuitas o muy baratas (digamos que unos cinco pesos para los ingleses) regalan estas visiones a quienes eligen tomarlas.


En mi amateurismo no me canso de escuchar a guías como el señor de barba blanca y ojos verdes que eligió jubilarse y donar su tiempo en el Observatorio Real para contarnos a todos los visitantes los vericuetos de la historia astronómica y de la navegación, hasta llegar al meridiano de Greenwich y las cartas que lee cualquier Jack Sparrow que decide adentrarse en las aguas a bordo de algo que flote. Tampoco me aburro tratando de adivinar qué pasaría por la mente de Rembrandt, Caravaggio, Vermeer y Turner cuando pintaron cada rostro, cabello risado, vestido de seda o mar abierto. Ni de imaginar las procesiones y ceremonias religiosas en oda a la diosa Atenas hace 2.500 años a través de las esculturas del Partenón. O de mirar atónita la "piedra Rosetta" que ayudó a descifrar los jeroglíficos egipcios.



Pero la verdad es que no podría haberme mirado en esos espejos de no haber tenido acceso a estas obras, composiciones, expresiones e historias. Si los museos, galerías de arte, salas de teatro y exposiciones no estuvieran abiertos al público esto no pasaría. Porque las obras son de quienes las crearon, por supuesto, pero el que estén al alcance de cualquiera es obra de las instituciones que decidieron que así fuera.


Y como dice R. J. Collingwood, en la entrada al Museo Nacional de Escultura de la ciudad de Valladolid, “el arte es la medicina de la comunidad para la peor enfermedad del espíritu: la corrupción de la conciencia". Por eso, no hay nada mejor que la visión de los demás para complementar la propia.


Amigos, les recomiendo darse un paseo, aunque sea por internet, porque la vida a través de la mirada de los otros es la única forma de enriquecer la propia mirada de la vida. Este pensamiento no es mío, gracias al maestro Kapuscinski que lo he hecho regla a seguir en mi propia mirada.



Acá les dejo unos links por si quieren profundizar en lo que anduve visitando en este mes:

-The British Museum (las esculturas del Partenón, Egipto y Oriente medio, junto a la exhibición de África, sin palabras)

-The National Gallery (las pinturas del 1600 al 1700 son las que a mi más me gustan, especialmente Holanda e Italia, increíble)

-Tate Modern (pintura y escultura contemporánea, lo mejor a mi piacere Mark Rothko)

-Natural History Museum (la sala de ecología y los movimientos de la tierra la verdad que muy educativas y con muchos juegos para chicos, muy bueno)

-The Institute of Contemporary Arts (visité la exhibición de pintura y escultura de los premios Koestler de presos y niños internados en hospitales, excelente, acá les dejo el link)

-The Shakespeare's Globe (fui a ver El Mercader de Venecia, fue realmente como estar en el siglo XVI mirando teatro, riéndose todos a carcajadas como en aquella época elisabetiana, sentados en bancos de madera con un almohadón alquilado por unas monedas)

-The Royal Observatory (el museo de relojes marítimos es increíble, además de la clásica foto con un pie de cada lado del meridiano)

-The National Portrait Gallery (por ahora solo visité una exhibición especial sobre retratos holandeses, como verán son mi debilidad)

-Kew Gardens (la exhibición de Henry Moore es exquisita, rodeada de uno de los jardines más lindos de Londres)

-Royal Albert Hall (cualquier pieza que escuchen acá es increíble. Nuestro teatro Colon es muy similar así que no pierdan su reapertura. Yo fui a una de las presentaciones de los BBC Proms, acá les dejo el link)

Saturday, September 22, 2007

La comida: un placer no siempre correspondido

Comer acá es raro. Digamos que no es novedad que la comida sea un tema cuando uno viaja. Por suerte hay cosas que las disfruto, como los platos de Debbie y algunas delicias de panadería, pero también hay otras que definitivamente no son para mí. Aunque trato de abrirme a nuevas experiencias culinarias no siempre el resultado es positivo para mi estómago.

Primero vamos por los pro. La verdad que Debbie no solo es una anfitriona de lujo, que hasta me lava la ropa y pone flores en el escritorio de mi habitación, sino que es una excelente cocinera. Se imaginarán que siendo este mi peor defecto mejor match imposible. Así que como me ve calentarme mi fast food en el microondas, más de una noche se apiada de mi y me invita con un buen pollo al horno con verduras y papas, arbejas pisadas con algo de queso y chilli, o fideos a la bolognesa con hongos, apio y mucho picante. Si a esto le sumamos que los típicos muffins ingleses, sus galletitas dulces y patisserie van cabeza a cabeza con nuestras bolas de fraile y churros con dulce de leche, por ahora el intercambio culinario debería venir perfecto.


Ahora bien, el tema es que no todos cocinan como Debbie. Y como me mal acostumbré las primeras semanas a su gusto y equilibrio, cada vez que me ensarto con un sandwich o un pollo masala hindú que rebosan de picante sé que tendré un día con el estómago sensible. Así me pasó ayer, en Starbucks, donde encuentro muy buenos cafés de Etiopía y Colombia, pero también donde los sandwiches además de pollo o jamón suelen tener mostaza con pepino, chilli y cebolla. Quienes disfrutan estas combinaciones medio estrambóticas, ¡vengan para estas orillas que hay en todos lados!

Y así estamos. Intercambiando buenas comidas caseras con otras un poco más extrañas y picantes. Ustedes, ¿cuáles prefieren?

Monday, September 17, 2007

Buenos Aires a orillas del Támesis

El domingo anduve por Buenos Aires. De la mano de Vanesa, una Leticia Mangione española, hablé en castellano toda la tarde, comí un argentinian steak en el puesto "Chimichurri", compré un kilo de yerba y moví mis caderas al ritmo del Matador de nuestros Fabulosos. Y todo a orillas del Támesis.

Un festejo multicultural. Hace diez años que el gobierno de la ciudad organiza un festival al aire libre para que todos celebren las típicas cosas londinenses, en especial el río, reuniendo gratis a locales y turistas alrededor de pistas de música, escenas de teatro, talleres de arte y cientos de puestos de comida, ropa, accesorios, y ¡hasta yerba! De acá para allá, disfruté de una buena charla de chicas y un desfile de carnaval con carrozas de cada etnia que vive en este país: todas.

En el hall de entrada al Tate Modern bailé salsa con dos porteños embebidos en Quilmes. Pero nosotros no fuimos los embajadores argentinos; tampoco la cerveza. El tango era el verdadero representante, que reunió en la pista desde asiáticos hasta africanos, pasando por ingleses y demás europeos que se esforzaban para enganchar el compás del dos por cuatro. Un verdadero espectáculo iluminado por quince minutos de miles de libras en fuegos artificiales.

Thursday, September 13, 2007

De parque en parque



Como si la energía verde fuera un campo magnético, mi cuerpo es atraído hacia los parques todos los días. De los once espacios más importantes que tiene Londres, siete han abierto sus líneas de fuerza para orientar mi polo hacia ellos: Kensington Gardens, Green Park, Hyde Park, St James's Park, Greenwich Park, Holland Park y, hasta los bosques más "salvajes", como Hampstead Heath.


Creo conocer las causas de esta corriente magnética, aunque no puedo dar pruebas científicas al respecto. Antes, en medio o después de cada visita a un museo, una compra de estampillas en el correo, un trámite en la universidad, o un café en Starbucks paso por un parque, aunque no siempre es adrede ¿Por qué? Necesito hacer la fotosíntesis. Pero ustedes dirán "Sole, larga el tinto". No, no, nosotros también necesitamos transformar materia y darle vida.


Por eso voy a los parques. Mi cuerpo libera tensiones negativas dando lugar a la energía renovada que llega a través de los cinco sentidos. Así, siento cómo la corteza de los árboles se incrusta en mi espalda cuando, junto con el pasto, hace las veces de sillón; inspiro el aire fresco y puro que se regala al por mayor en un día de verano (como la primavera de Buenos Aires); miro el recorrido al trote o en bici de quienes quieren estar en forma, en vez de perder la visión entre los autos y colectivos en la hora pico de tráfico en la ciudad; escucho las risas y los gritos de gol de los niños que juegan al fútbol con sus padres; y disfruto de un buen mate amargo o un capucchino con otro gusto (como las papas fritas con la mano). Amigos, se los recomiendo.


Sé que en Buenos Aires uno vive corriendo. Pero entre reunión y reunión, o quizás a la mañana antes de entrar al trabajo, en el horario de almuerzo, o al terminar el día, salgan a hacer la fotosíntesis al parque que tengan más a mano. Palermo, Plaza Francia, Recoleta, Costanera, el Jardín Japonés: el que prefieran. Su cuerpo y su mente lo necesitan. Ante cualquier duda consulten a su médico.

Tuesday, September 11, 2007

El parlamento: dos reglas básicas para el respeto de poderes

¿Cómo respetar la independencia de los poderes del estado? Cuestión difícil de lograr en nuestro país. Bueno, las diferencias con Inglaterra son abismales -varios siglos de existencia y una monarquía de por medio- pero hubo dos cosas que en la visita de hoy a the Houses of Parliament me parecieron ejemplos interesantes a seguir.

Al primero lo podríamos denominar "taza taza cada uno a su casa". Tanto la reina, los lords y los commons -que podrían asemejarse a nuestro presidente, senadores y diputados- tienen un espacio bien delimitado de trabajo ¿A qué me refiero con delimitado? No solo a sus responsabilidades sino a los espacios físicos compartidos. Hay halls solo para la reina, otros para reuniones de la reina y los lords, otros para los lords y los commons y, por supuesto, sus salas exclusivas. Ahora, ustedes se preguntarán qué tendrá que ver la disposición de los espacios con la independencia de poderes. Bueno, una muestra de que una va de la mano de la otra es que la reina tiene explícitamente prohibido pasar a la sala de los commons. La última vez que esto fue violado, a Carlos I le costó la cabeza y más de 10 años de abolición de la monarquía.


"No se puede estar en la misa y en la procesión al mismo tiempo" sería el segundo. Para evitar la corrupción en el conteo de votos a favor y en contra de un proyecto de ley, el parlamento tiene dos pasillos: "los sí" y "los no". Así de sencillo. Cuando las diferencias son difíciles de medir a simple vista suena una alarma que da 8 minutos para que cada quien, esté donde esté -en la sala de debate, en su oficina, en el baño o tomando una cerveza en la cafetería- corra al pasillo elegido. Ambos dan a puertas estrechas por las que solo puede pasar una persona a la vez para evitar confusiones. Un sistema que puede parecer anticuado creo es una muy buena solución ante las cuentas que no cierran.

Pero no fui la única sudamericana en asombrarse por el respeto a la independencia de poderes. Compartí el tour con dos uruguayos que, apenas llegué, dijeron en voz alta: "seguro que acá solo nosotros representamos a los sudacas". Mi sonrisa delató mis aires bonaerenses, así que por primera vez en varios días hablé en español con dos chicos lindos con el acento de China Zorrilla.

Sunday, September 9, 2007

Los palacios, el tema tan esperado

¿Por qué despiertan tanto misterio y emoción los palacios de la realeza? Chiqui, mamá, camel, aquí va lo que tanto deseaban. El relato sobre sus salones, sus rincones, pinturas y decoración. El relato sobre algunos que pasaron sus días allí. Porque, por distintos motivos, a todos nos interesa saber qué hay del otro lado de esas paredes.

Queda mucho por ver todavía, pero para apagar su sed de "asuntos reales" aquí van algunos detalles. Por ahora solo conocí dos de ellos: el Buckingham Palace y el Kensington Palace. En el primero, su majestad la Reina vive y trabaja, junto a los cientos que componen el staff de las 94 oficinas del Estado. En el segundo, nació y vivió la Reina Victoria, y sus puertas se poblaron de flores hace diez años cuando falleció Lady Di. Ahora, ¿qué tienen en común?

La arquitectura: lo primero que capta nuestra mirada. John Nash en uno y William Kent en el otro hicieron maravillas. Techos inimaginables, salones dorados, blancos, verdes y rosas, pinturas y esculturas para todos los gustos, con especial influencia de los franceses e italianos. Difícil tarea la de describir dichos diseños, mejor es mirarlos. Acá les dejo algunas fotos.



Para las pinturas hago un punto aparte. El Rey Carlos II era fanático, por consiguiente en el Kensington Palace dejó un salón repleto de obras maestras, entre las que se encuentra un Vermeer. La verdad que este holandés transmite tanta vida en sus obras que es imposible no reconocerlo en ellas. Yo, una simple mundana -sin conocimientos de arte ni demasiados años de vida- puedo verlo, así que cualquiera puede inmiscuirse en su forma de ver la realidad.

Pero volvamos a los palacios reales. Al Buckingham Palace entré por donde la Reina llega con su carruaje, presenté mis credenciales en el salón de embajadores, me uní a los bailes oficiales en el salón del trono y descansé en los jardines. Mi lugar preferido: el salón verde de dibujo.


En cambio, en el Kensington Palace, aprendí sobre la confección de trajes reales y escuché las bombas que cayeron en la Segunda Guerra Mundial. Y además, visité la exhibición sobre Diana, una princesa recordada. Horas de video, cientos de frases y fotos, decenas de sonrisas y lágrimas, y unos cuantos vestidos la mostraban tal cual era: alegre, llena de luz y con tanto para dar. Al menos así la veo yo y las miles de personas que llenaron en unos pocos días los libros para dejar mensajes que están disponibles en la exhibición.

Hay mucho más por ver y contar. Pero se imaginarán que un texto de un blog no se puede estirar como un chicle. Así que, a los interesados en el tema, les recomiendo entren a los links y profundicen. Una delicia los auriculares autoguía que me han permitido caminar a mi ritmo y detenerme a escuchar la historia de cada rincón. Por eso, esto podría dar para rato. Pasen y vean. Hay para todos los gustos: arte, arquitectura, historia, política, ceremonial, moda y tanto más.

Saturday, September 8, 2007

Hay momentos dulces, pero otros salados

Hoy fue un lindo día pero tuve mi primer momento salado. Ustedes se preguntarán qué significará esto; paso a contarles.

Varios me habían recomendado que visitara Harrods porque "no podía dejar de conocerlo" si estaba en Londres. Y así fue. Hoy al medio día estaba nublado así que pensé que sería un buen plan. Tomé el subte, bajé en Knighsbridge y entré.

Del otro lado me esperaban millones de libras en pulseras de brillantes, relojes, plasmas, muebles egipcios, carteras louis vuitton, vestidos gucci y perfumes dolce & gabbana. Generalmente lo primero que a cualquiera le suele pasar cuando se encuentra con esto es deseos de comprar, aunque no tenga el dinero. Bueno, a mi me pasó algo bastante distinto.

Me sentí ahogada, como si entre tanta plata me faltara el aire. Primero traté de seguir recorriendo, pero cada vez que entraba en algún otro nivel de aquel edificio, el aroma al último perfume recién salido de Paris me expulsaba y me hacía sentir incómoda. En vez de querer entrar quería salir. Después de subir y bajar por las escaleras mecánicas sin mucho sentido, decidí salir a tomar aire.

Crucé la calle, miré dónde había un café y me senté en una mesa. Estaba tan distraida por lo que me habia pasado que en vez de edulcorante le puse sal al capucchino. Por suerte me lo cambiaron. Pero ¿por qué me había sentido tan mal adentro de aquel shopping? Hasta mi capucchino habia sido salado. No soy miembro de alguna organización anti globalización ni tampoco del partido comunista. Ahora bien, aunque disfruto de tanto en tanto comprar algún par de zapatos, la verdad que tanta oda al dinero me molestó un poco. Me diran, ¡qué exagerada! Pero eso fue lo que me pasó.

Como cuando uno se pasa de la cantidad de dulce de leche que le pone a un panqueque: me empalagó. Y sobre todo su slogan: "el lujo siempre tiene una historia para contar". Sí, una historia del lado de adentro del shopping y otra del de afuera.

Pero por suerte decidí irme a caminar para sacarme este mal humor inesperado. Y esto en los parques locales es sencillo: lago, ardillas corriendo, familias haciendo picnic, turistas perdidos, enamorados a los besos, y niños en rollers. Perdonen chicas, pero entre esto y Harrods me quedo con los jardines.



Friday, September 7, 2007

Un simple ratón

Estoy sentada frente al Támesis en un banco de plaza pequeño, negro y bien pintado. A mi derecha cae un sol que tiñe de anaranjado sus alrededores. Enfrente, los seis edificios geométricos de vidrio recuerdan al visitante que estamos en el siglo XXI. A mi izquierda el Tower Bridge, ícono de estas tierras como de las nuestras el obelisco, da paso a quienes quieren tocar puerto. Atrás, la Torre de Londres protege en su fuerte la historia medieval inglesa.








Y yo, un simple ratón de la humanidad, en el medio.
(Para Poli con cariño).

Thursday, September 6, 2007

¿En qué hablamos los argentinos?

Parece una pregunta simple, y hasta tonta, pero no lo es. En los diez días que anduve por el hemisferio norte, no encontré a una sola persona que supiera responderla. Pero el tema no es la ignorancia, sino lo divertidas que son las respuestas.

La mejor fue la que escuché hoy en el subte:
-Mi hermano se fue a Argentina a visitar a la novia. No se como hacen para comunicarse, él no sabe italiano, -dice una rubia.
-Pero los argentinos no hablan italiano, sino portugués, la corrige su amiga asiática.

La verdad que un punto menos para la realeza española que no supo hacer la propaganda suficiente sobre las tierras colonizadas. Por eso nos va como nos va.

¿O no?

Wednesday, September 5, 2007

A caminar se ha dicho

Todo iba bien en el mundo desarrollado hasta que llegó la huelga. Después de 36 horas de paro de subtes, Londres es un caos.

Me recuerda, hace apenas unas semanas atrás, las avenidas Santa Fe y Corrientes abarrotadas de personas queriendo volver a sus casas. Tomar un colectivo, taxi o manejar el auto propio es misión imposible en estas circunstancias. Así que la mayoría elige caminar.

El tema es que después de nueve horas de negociaciones no se concreta un arreglo definitivo. Así que los londinenses tiemblan de solo pensar pasar por esta experiencia poco enriquecedora otra vez y el gobierno por perder otros 50 millones de libras para la economía de la capital.

Pero no solo en los problemas sindicales nos parecemos argentinos e ingleses. En materia de comunicación online también hubo poca previsión como suele suceder en nuestra querida tierra. Los tres millones de damnificados no tardaron en formar más de treinta grupos de debate en internet, donde criticaron al sindicato (RMT) por sacar a sus miembros a la calle a pesar de haber recibido lo que querían. Y no dejaron la creatividad de lado a la hora de ponerse un buen nombre: "los miembros de RMT son desagradables" y "Bow Crow (la cabeza de RMT) necesita una buena paliza".

Como bien lo expone The London Paper, RMT pierde la gran oportunidad de ganar el apoyo de la opinión pública al no responder en el ciberespacio con herramientas de comunicación aggiornadas a la era tecnológica. En estas situaciones la previsión es todo, y quien habla último no habla mejor.

¿Cual fue tu primer visita?

Mas de uno me preguntaria cual fue el primer lugar que visite. Asi que por eso este relato. Fue el museo de Victoria y su marido, don Alberto ¿Y por que? Queda cerca de la casa de Debbie y no corria el riesgo de perderme en mi segundo dia de viaje.

La verdad es que me gusta prepararme antes de viajar y leer un poco sobre el lugar al que viajo. Asi hice con Sudafrica (marmolineos, ustedes saben de esto, y tambien de nuestro guia estrella, el Sr. Daniel), con Uruguay y las provincias argentinas que conoci en mis escasos años de vida (prohibido reirse...) Pero para el Reino Unido no tuve tiempo. Entre tramites, valijas, compras y reuniones de despedida fue literalmente imposible. Pero confie en que mis 18 años de estudio de la lengua (si, si, desde los 10 años) a traves de libros repletos de articulos y textos sobre los cuatro paises servirian para algo. Y aqui estoy, en la entrada del Victoria & Albert Museum.

Empece al reves que cualquier otro turista. Primero elegi que galerias queria disfrutar sola, y despues me uni a un grupo de asiaticos, indues, italianos e ingleses de la tercera edad para la clasica visita guiada (gratis, por supuesto). La galeria es inmensa. Pero si hay algo por lo que me saco el sombrero ante los ingleses es por la buena señaletica que los caracteriza (dato que no deberia pasar desapercibido en nuestras queridas administraciones publicas). Con mapa en mano es imposible perderse.

Nada esta fuera de su lugar, asi que asi encontre el camino hasta el pabellon que mas me interesaba: el renacimiento. La verdad que es poco lo que cualquier especialista en escultura puede decir sobre las obras de aquellos hombres, especialmente los italianos. Cuando estuve cara a cara con el trabajo de Donatello, la verdad que no podia dejar de preguntarme ¿como podia trabajar con tanta variedad de materiales sin morir en el intento? No olvidemos que en el siglo XV no disfrutaban de nuestros avances tecnologicos. Pero la luz interior de este personaje -que para pagarle al medico que lo atendia para combatir el parkinson moldeaba una obra en bronce- se ve claramente en cada figura, en cada mujer, en cada Cristo esculpido.

Cuando pude salir del trance, mire el reloj y corri a la entrada para unirme a la visita guiada (aca todo el puntual y, aunque no lo crean, yo tambien). Por suerte la guia era una italiana residente en UK asi que hablaba bastante lento (cosa que molestaba a un turista indu que la corregia cada vez que se equivocaba). Nos paseo por las galerias mas populares: moda, islam y accesorios en metal, ceramica y madera. Los asiaticos felices porque podian sacar fotos a lo loco (lo unico que no puede fotografiarse son las pinturas). Despues de pasar de un vestido norteamericano de los años 50, una fuente de plata para mas de 20 litros de vino que usaban en las grandes fiestas (me hizo acordar a los bailes de Pride & Prejudice), y terminar en la Ardabil carpet del pabellon Islam (una belleza repleta de flores que ocupa la mitad del salon y esta protegida por paredes de vidrio y un techo con luces dicroicas que solo la ilumina diez minutos por dia; los diez minutos de mi visita guiada aunque no lo crean), la guia nos dejo en el gift shop. Como diria mi hermana: en UK todos los caminos conducen al gift shop.

Despues de comprarme un lapiz negro del museo (lo unico que costaba 50 centavos) termine la tarde en los jardines internos. Y ahi pude ver una muestra de la diversidad que hay en Londres: mesas con ingleses y turistas "bien" tomando el te, una estudiante asiatica y una italiana sentadas en el pasto leyendo, una familia africana angloparlante riendose de sus hijos que chapoteaban en el lago artificial, y una humilde argentina que tomaba mate y observaba el espectaculo en un dia de primavera (para ellos, verano).

El super: una experiencia peligrosa

La verdad que cuando pense en las dificultades de vivir en otro pais, otra cultura, otra manera de ver la vida, pasaron por mi cabeza muchas cosas, pero nunca comprar en el supermercado. Por supuesto que cuando llegue el lunes despues de un viaje tan agotador, lo primero que queria era bañarme. Asi que parti hacia el super a comprar shampoo y crema enjuague (en el avion no te dejan llevar y preferi no correr el riesgo de un desastre en la valija).

Fui a Tesco (vendria a ser nuestro Disco o Norte) porque esta a dos cuadras del duplex de Debbie. Y a pesar de la confianza con la que entre, ya en la segunda gondola quede impactada: cientos de tipos de fiambres y carnes enlatados, empaquetados, en frascos, tipo pastas o pate ¡Que asco! Pero visto y considerando que recien llegaba y que frente a los cambios tenia que tener una "mente abierta", trate de leer de que se trataba. Confirmado. Jamon con chilli, jamon con pollo, pollo con queso, carne de cerdo con chilli, y todas las combinaciones estadisticas posibles. Rapidamente sali corriendo para que el asco no se transformara en nauseas y me dirigi al sector perfumeria.

Ahi crei que seria mas sencillo. Pero por segunda ves subestimaba las diferencias de estilo de vida de cada sociedad. Debo haber estado veinte minutos leyendo etiquetas de todos los tipos de jabon liquido que usan para bañarse, porque generalmente no se duchan sino que toman un baño en la "tina" (como seria la traduccion literal): soft, no-soft, middle-soft, extra-soft, extremily-soft, entre otros. Mas los diferentes tipos de aromas, por supuesto. Segui adelante porque no concebia el hecho de que no vendieran shampoo y crema enjuague, hasta que, en otra gondola de no se que sector, me tope con la palabra "Pantene Pro-V" y un envase blanco con letras verdes. No se imaginan mi alegria. Me reia sola porque era la primera vez que una marca me sacaba una sonrisa.

Y cuando confirme la promocion en el precio, la sonrisa fue doble. Shampoo + crema enjuague al precio de uno. Asi que agarre los potes y me fui directo a la caja, evadiendo cualquier tipo de contacto con nuevos productos o sensaciones. La proxima semana vendre con tiempo y sertal, me dije.

Aqui estoy

Amigos,
Aca estoy. Despues de compartir once horas de abundantes palabras en español de ida y portugues e italiano de vuelta, no siempre comprendido (en especial este ultimo, va fangulo!); despues de haber dormido apenas de a ratos entre peliculas de pinguinos bailarines, Hugh Grant moviendo las caderas y cantando pop, y la adaptacion de una bengali al estilo de vida yanki; despues de haber comido junk food en el avion, aqui estoy.
Despues de haber esperado un avion de Easycomet con una hora de retraso "por problemas tecnicos" (no era de Iberia como habian dicho); despues de haber dormido los 95 minutos que separan a Barajas de Gatwick en sillones diminutos (a pesar de los ingleses, españoles, italianos y demas hombres que habia para elegir en el avion -chiqui y flavia felices); y despues de haber sonreido cuando mi valija pasaba delante mio por el carrousel de equipajes que suele causar amarguras y tristezas, aqui estoy.
Despues de haber arrastrado esa valija de 45 kilos y soportado en mi espalda una mochila de otros 10 kilos (cuestion que no paso desapercibida por mis hombros y brazos) desde la estacion de tren hasta el correspondiente vagon (cosa que yo creia correcta, donde me encontraba muy tranquila con mi diet coke disfrutando de las comodidades de un tren donde las personas son tratadas literalmente personas), hasta que me indicaron que mi vagon no era el VIP, sino el RED (para gente como uno), y volvi a arrastrar todo, siendo la unica diferencia que un buen marido ingles y padre de familia se parara para ayudarme a levantar la inmensa valija y asi hacer un buen ejercicio para bajar su abultado estomago; aqui estoy.
Y no dejo de sorprenderme y alegrarme. La sorpresa por ver que a pesar de la organizacion "perfecta" de un pais del primer mundo, los feriados no pasa el basurero y las calles rebalsan de bolsas negras, de tachos semiabiertos, con trozos de todo tipo de alimentos en el piso, recordandome algunas calles de nuestros barrios porteños. Tambien sorpresa por ver lo facinante de una ciudad que esta organizada urbanisticamente, en la que todos sus edificios de departamentos son igual, de no mas de cuatro pisos y un subsuelo, evitando inundar el espacio aereo (aunque las similitudes son tales que si no te acordas el numero del edificio estas sonado!).
Y me alegro porque me ha tocado una anfitriona que no es la tipica inglesa de pelicula, todo lo contrario: una mujer en sus 40, con dos hijos que ha criado sola, que anda descalza por su casa, cocina espectacularmente bien, critica al gobierno por no implementar un plan contra el calentamiento global y no incluir bicisendas en las avenidas, y ademas estudia español. Asi que, con ella y su hija, aqui estoy.
Es todo por ahora. En la proxima entrega va la ida al supermercado (donde no entiendo que es que, literalmente) y la tarde en el Victoria & Albert Museum (donde Leti perderia la cabeza por los vestidos que hay en el salon de la historia de la moda), con mate incluido en sus jardines internos.
Los quiero mucho, en serio.
Sol


PD: perdon por la falta de tildes y signos de exclamacion de apertura, pero este fucking teclado ingles no los tiene. Ya me adaptare a usar los alt + numeros.

Cómo somos los argentinos

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