La cultura da forma a nuestra visión de la realidad. Cada persona y sus creaciones actúan como espejos donde todos pueden mirarse. Esto nos permite crear y recrear conceptos que moldean nuestras actitudes a través de la mirada de los otros. Y la verdad que acá los museos, teatros, y exhibiciones gratuitas o muy baratas (digamos que unos cinco pesos para los ingleses) regalan estas visiones a quienes eligen tomarlas.
En mi amateurismo no me canso de escuchar a guías como el señor de barba blanca y ojos verdes que eli

gió jubilarse y donar su tiempo en el
Observatorio Real para contarnos a todos los visitantes los vericuetos de la historia astronómica y de la navegación, hasta llegar al meridiano de Greenwich y las cartas que lee cualquier Jack Sparrow que decide adentrarse en las aguas a bordo de algo que flote. Tampoco me aburro tratando de adivinar qué pasaría por la mente de Rembrandt, Caravaggio, Vermeer y Turner cuando pintaron cada rostro, cabello risado, vestido de seda o mar abierto. Ni de imaginar las procesiones y ceremonias religiosas en oda a la diosa Atenas hace 2.500 años a través de las esculturas del
Partenón. O de mirar atónita la "
piedra Rosetta" que ayudó a descifrar los jeroglíficos egipcios.

Pero la verdad es que no podría haberme mirado en esos espejos de no haber tenido acceso a estas obras, composiciones, expresiones e historias. Si los museos, galerías de arte, salas de teatro y exposiciones no estuvieran abiertos al público esto no pasaría. Porque las obras son de quienes las crearon, por supuesto, pero el que estén al alcance de cualquiera es obra de las instituciones que decidieron que así fuera.
Y como dice R. J. Collingwood, en la entrada al Museo Nacional de Escultura de la ciudad de Valladolid, “el arte es la medicina de la comunidad para la peor enfermedad del espíritu: la corrupción de la conciencia". Por eso, no hay nada mejor que la visión de los demás para com

plementar la propia.
Amigos, les recomiendo darse un paseo, aunque sea por internet, porque la vida a través de la mirada de los otros es la única forma de enriquecer la propia mirada de la vida. Este pensamiento no es mío, gracias al maestro
Kapuscinski que lo he hecho regla a seguir en mi propia mirada.
Acá les dejo unos links por si quieren profundizar en lo que anduve visitando en este mes:
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The British Museum (las esculturas del Partenón, Egipto y Oriente medio, junto a la exhibición de África, sin palabras)
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The National Gallery (las pinturas del 1600 al 1700 son las que a mi más me gustan, especialmente Holanda e Italia, increíble)
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Tate Modern (pintura y escultura contemporánea, lo mejor a mi piacere
Mark Rothko)
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Natural History Museum (la sala de ecología y los movimientos de la tierra la verdad que muy educativas y con muchos juegos para chicos, muy bueno)
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The Institute of Contemporary Arts (visité la exhibición de pintura y escultura de los premios Koestler de presos y niños internados en hospitales, excelente, acá les dejo el
link)
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The Shakespeare's Globe (fui a ver
El Mercader de Venecia, fue realmente como estar en el siglo XVI mirando teatro, riéndose todos a carcajadas como en aquella época elisabetiana, sentados en bancos de madera con un almohadón alquilado por unas monedas)
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The Royal Observatory (el museo de relojes marítimos es increíble, además de la clásica foto con un pie de cada lado del meridiano)
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The National Portrait Gallery (por ahora solo visité una exhibición especial sobre retratos holandeses, como verán son mi debilidad)
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Kew Gardens (la exhibición de
Henry Moore es exquisita, rodeada de uno de los jardines más lindos de Londres)
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Royal Albert Hall (cualquier pieza que escuchen acá es increíble. Nuestro teatro Colon es muy similar así que no pierdan su reapertura. Yo fui a una de las presentaciones de los BBC Proms, acá les dejo el
link)