Sun in the UK, en resumen...

Wordle: Sun in UK

Sunday, October 21, 2007

Cambiando el color de piel

Somos animales de costumbres, hay que aceptarlo. Cuando andamos perdidos en un ambiente nuevo nos toma nuestro tiempo cambiar la piel de verde a roja, dejar caer las escamas y volver a sentir comodidad. En eso ando yo en estas semanas: profesores con Phd en sus espaldas que son humildes e informales, pizarrones inteligentes que funcionan como la pantalla de una laptop, caminatas de una hora y media como pan de cada día, cena a las siete de la tarde en un otoño que parece invierno, y bibliotecas que ofrecen un inmenso compilado de conocimiento del planeta a un click de distancia. El proceso es placentero, fácil y difícil a la vez, incómodo pero saludable para nuestro camaleón interior ¿Y los cambios en sus vidas cómo andan?

Tuesday, October 9, 2007

Un descanso bajo la sombra de un mismo árbol

Es martes 2 de octubre y la noche inglesa no nos deja dormir. En el jardín de mi nuevo hogar, diez almas expulsamos humo por la boca a pesar de que la conversación que nos mantiene a la intemperie es cálida. Una conversación sobre la realidad. La realidad de Zimbabwe, de Venezuela, de Argentina, de Inglaterra, de Guayana, de India. La noche parece estar detenida en el tiempo mientras el aliento de cada uno se vuelve cada vez más frío, aunque sólo queremos seguir ahí, pululando en la conversación de la noche, encandilados por las luces del jardín.


Un descanso bajo la sombra de un mismo árbol. Eso es el multiculturalismo. Aunque a veces en nuestras grandes ciudades o pequeños pueblos el “pluralismo cultural” suene algo lejano, algo que no nos toca o que no capta nuestro interés en la vida agitada de trabajo de Buenos Aires, está ahí, esperándonos. Esperándonos e invitándonos a participar de la conversación, para enseñarnos siempre algo nuevo sobre los otros. Esos otros de los que les hablaba hace unos días. Pero no solo para conocer sus creaciones y expresiones, sino sus vidas, historias, olores, lenguas, sonrisas, y hasta su humor y su amistad.


Amigos, acá tengo un gran roble donde relajarme bajo su sombra. Más de 150 países representados en los estudiantes extranjeros que vienen a esta universidad a formarse para luego volver a sus respectivos lugares de origen o andar de aquí para allá tratando de hacer algo diferente. Estudiantes como el chipriota con humor porteño, con el que no puedo parar de reírme y filosofar; como mi amiga de Turkmenistán, que me espera siempre con una sonrisa y un té verde para probar; y como el sudamericano de Guayana, un latino angloparlante con el que comparto las complicidades del continente y hasta el amor a Paul Farmer (Poli, can you believe this!). Este árbol es lo mejor de la universidad. Los suelos, aires, idiomas y transpiración de los otros. Esos distintos, esos iguales.

Thursday, September 27, 2007

Los otros y sus creaciones

La cultura da forma a nuestra visión de la realidad. Cada persona y sus creaciones actúan como espejos donde todos pueden mirarse. Esto nos permite crear y recrear conceptos que moldean nuestras actitudes a través de la mirada de los otros. Y la verdad que acá los museos, teatros, y exhibiciones gratuitas o muy baratas (digamos que unos cinco pesos para los ingleses) regalan estas visiones a quienes eligen tomarlas.


En mi amateurismo no me canso de escuchar a guías como el señor de barba blanca y ojos verdes que eligió jubilarse y donar su tiempo en el Observatorio Real para contarnos a todos los visitantes los vericuetos de la historia astronómica y de la navegación, hasta llegar al meridiano de Greenwich y las cartas que lee cualquier Jack Sparrow que decide adentrarse en las aguas a bordo de algo que flote. Tampoco me aburro tratando de adivinar qué pasaría por la mente de Rembrandt, Caravaggio, Vermeer y Turner cuando pintaron cada rostro, cabello risado, vestido de seda o mar abierto. Ni de imaginar las procesiones y ceremonias religiosas en oda a la diosa Atenas hace 2.500 años a través de las esculturas del Partenón. O de mirar atónita la "piedra Rosetta" que ayudó a descifrar los jeroglíficos egipcios.



Pero la verdad es que no podría haberme mirado en esos espejos de no haber tenido acceso a estas obras, composiciones, expresiones e historias. Si los museos, galerías de arte, salas de teatro y exposiciones no estuvieran abiertos al público esto no pasaría. Porque las obras son de quienes las crearon, por supuesto, pero el que estén al alcance de cualquiera es obra de las instituciones que decidieron que así fuera.


Y como dice R. J. Collingwood, en la entrada al Museo Nacional de Escultura de la ciudad de Valladolid, “el arte es la medicina de la comunidad para la peor enfermedad del espíritu: la corrupción de la conciencia". Por eso, no hay nada mejor que la visión de los demás para complementar la propia.


Amigos, les recomiendo darse un paseo, aunque sea por internet, porque la vida a través de la mirada de los otros es la única forma de enriquecer la propia mirada de la vida. Este pensamiento no es mío, gracias al maestro Kapuscinski que lo he hecho regla a seguir en mi propia mirada.



Acá les dejo unos links por si quieren profundizar en lo que anduve visitando en este mes:

-The British Museum (las esculturas del Partenón, Egipto y Oriente medio, junto a la exhibición de África, sin palabras)

-The National Gallery (las pinturas del 1600 al 1700 son las que a mi más me gustan, especialmente Holanda e Italia, increíble)

-Tate Modern (pintura y escultura contemporánea, lo mejor a mi piacere Mark Rothko)

-Natural History Museum (la sala de ecología y los movimientos de la tierra la verdad que muy educativas y con muchos juegos para chicos, muy bueno)

-The Institute of Contemporary Arts (visité la exhibición de pintura y escultura de los premios Koestler de presos y niños internados en hospitales, excelente, acá les dejo el link)

-The Shakespeare's Globe (fui a ver El Mercader de Venecia, fue realmente como estar en el siglo XVI mirando teatro, riéndose todos a carcajadas como en aquella época elisabetiana, sentados en bancos de madera con un almohadón alquilado por unas monedas)

-The Royal Observatory (el museo de relojes marítimos es increíble, además de la clásica foto con un pie de cada lado del meridiano)

-The National Portrait Gallery (por ahora solo visité una exhibición especial sobre retratos holandeses, como verán son mi debilidad)

-Kew Gardens (la exhibición de Henry Moore es exquisita, rodeada de uno de los jardines más lindos de Londres)

-Royal Albert Hall (cualquier pieza que escuchen acá es increíble. Nuestro teatro Colon es muy similar así que no pierdan su reapertura. Yo fui a una de las presentaciones de los BBC Proms, acá les dejo el link)

Saturday, September 22, 2007

La comida: un placer no siempre correspondido

Comer acá es raro. Digamos que no es novedad que la comida sea un tema cuando uno viaja. Por suerte hay cosas que las disfruto, como los platos de Debbie y algunas delicias de panadería, pero también hay otras que definitivamente no son para mí. Aunque trato de abrirme a nuevas experiencias culinarias no siempre el resultado es positivo para mi estómago.

Primero vamos por los pro. La verdad que Debbie no solo es una anfitriona de lujo, que hasta me lava la ropa y pone flores en el escritorio de mi habitación, sino que es una excelente cocinera. Se imaginarán que siendo este mi peor defecto mejor match imposible. Así que como me ve calentarme mi fast food en el microondas, más de una noche se apiada de mi y me invita con un buen pollo al horno con verduras y papas, arbejas pisadas con algo de queso y chilli, o fideos a la bolognesa con hongos, apio y mucho picante. Si a esto le sumamos que los típicos muffins ingleses, sus galletitas dulces y patisserie van cabeza a cabeza con nuestras bolas de fraile y churros con dulce de leche, por ahora el intercambio culinario debería venir perfecto.


Ahora bien, el tema es que no todos cocinan como Debbie. Y como me mal acostumbré las primeras semanas a su gusto y equilibrio, cada vez que me ensarto con un sandwich o un pollo masala hindú que rebosan de picante sé que tendré un día con el estómago sensible. Así me pasó ayer, en Starbucks, donde encuentro muy buenos cafés de Etiopía y Colombia, pero también donde los sandwiches además de pollo o jamón suelen tener mostaza con pepino, chilli y cebolla. Quienes disfrutan estas combinaciones medio estrambóticas, ¡vengan para estas orillas que hay en todos lados!

Y así estamos. Intercambiando buenas comidas caseras con otras un poco más extrañas y picantes. Ustedes, ¿cuáles prefieren?

Monday, September 17, 2007

Buenos Aires a orillas del Támesis

El domingo anduve por Buenos Aires. De la mano de Vanesa, una Leticia Mangione española, hablé en castellano toda la tarde, comí un argentinian steak en el puesto "Chimichurri", compré un kilo de yerba y moví mis caderas al ritmo del Matador de nuestros Fabulosos. Y todo a orillas del Támesis.

Un festejo multicultural. Hace diez años que el gobierno de la ciudad organiza un festival al aire libre para que todos celebren las típicas cosas londinenses, en especial el río, reuniendo gratis a locales y turistas alrededor de pistas de música, escenas de teatro, talleres de arte y cientos de puestos de comida, ropa, accesorios, y ¡hasta yerba! De acá para allá, disfruté de una buena charla de chicas y un desfile de carnaval con carrozas de cada etnia que vive en este país: todas.

En el hall de entrada al Tate Modern bailé salsa con dos porteños embebidos en Quilmes. Pero nosotros no fuimos los embajadores argentinos; tampoco la cerveza. El tango era el verdadero representante, que reunió en la pista desde asiáticos hasta africanos, pasando por ingleses y demás europeos que se esforzaban para enganchar el compás del dos por cuatro. Un verdadero espectáculo iluminado por quince minutos de miles de libras en fuegos artificiales.

Thursday, September 13, 2007

De parque en parque



Como si la energía verde fuera un campo magnético, mi cuerpo es atraído hacia los parques todos los días. De los once espacios más importantes que tiene Londres, siete han abierto sus líneas de fuerza para orientar mi polo hacia ellos: Kensington Gardens, Green Park, Hyde Park, St James's Park, Greenwich Park, Holland Park y, hasta los bosques más "salvajes", como Hampstead Heath.


Creo conocer las causas de esta corriente magnética, aunque no puedo dar pruebas científicas al respecto. Antes, en medio o después de cada visita a un museo, una compra de estampillas en el correo, un trámite en la universidad, o un café en Starbucks paso por un parque, aunque no siempre es adrede ¿Por qué? Necesito hacer la fotosíntesis. Pero ustedes dirán "Sole, larga el tinto". No, no, nosotros también necesitamos transformar materia y darle vida.


Por eso voy a los parques. Mi cuerpo libera tensiones negativas dando lugar a la energía renovada que llega a través de los cinco sentidos. Así, siento cómo la corteza de los árboles se incrusta en mi espalda cuando, junto con el pasto, hace las veces de sillón; inspiro el aire fresco y puro que se regala al por mayor en un día de verano (como la primavera de Buenos Aires); miro el recorrido al trote o en bici de quienes quieren estar en forma, en vez de perder la visión entre los autos y colectivos en la hora pico de tráfico en la ciudad; escucho las risas y los gritos de gol de los niños que juegan al fútbol con sus padres; y disfruto de un buen mate amargo o un capucchino con otro gusto (como las papas fritas con la mano). Amigos, se los recomiendo.


Sé que en Buenos Aires uno vive corriendo. Pero entre reunión y reunión, o quizás a la mañana antes de entrar al trabajo, en el horario de almuerzo, o al terminar el día, salgan a hacer la fotosíntesis al parque que tengan más a mano. Palermo, Plaza Francia, Recoleta, Costanera, el Jardín Japonés: el que prefieran. Su cuerpo y su mente lo necesitan. Ante cualquier duda consulten a su médico.

Tuesday, September 11, 2007

El parlamento: dos reglas básicas para el respeto de poderes

¿Cómo respetar la independencia de los poderes del estado? Cuestión difícil de lograr en nuestro país. Bueno, las diferencias con Inglaterra son abismales -varios siglos de existencia y una monarquía de por medio- pero hubo dos cosas que en la visita de hoy a the Houses of Parliament me parecieron ejemplos interesantes a seguir.

Al primero lo podríamos denominar "taza taza cada uno a su casa". Tanto la reina, los lords y los commons -que podrían asemejarse a nuestro presidente, senadores y diputados- tienen un espacio bien delimitado de trabajo ¿A qué me refiero con delimitado? No solo a sus responsabilidades sino a los espacios físicos compartidos. Hay halls solo para la reina, otros para reuniones de la reina y los lords, otros para los lords y los commons y, por supuesto, sus salas exclusivas. Ahora, ustedes se preguntarán qué tendrá que ver la disposición de los espacios con la independencia de poderes. Bueno, una muestra de que una va de la mano de la otra es que la reina tiene explícitamente prohibido pasar a la sala de los commons. La última vez que esto fue violado, a Carlos I le costó la cabeza y más de 10 años de abolición de la monarquía.


"No se puede estar en la misa y en la procesión al mismo tiempo" sería el segundo. Para evitar la corrupción en el conteo de votos a favor y en contra de un proyecto de ley, el parlamento tiene dos pasillos: "los sí" y "los no". Así de sencillo. Cuando las diferencias son difíciles de medir a simple vista suena una alarma que da 8 minutos para que cada quien, esté donde esté -en la sala de debate, en su oficina, en el baño o tomando una cerveza en la cafetería- corra al pasillo elegido. Ambos dan a puertas estrechas por las que solo puede pasar una persona a la vez para evitar confusiones. Un sistema que puede parecer anticuado creo es una muy buena solución ante las cuentas que no cierran.

Pero no fui la única sudamericana en asombrarse por el respeto a la independencia de poderes. Compartí el tour con dos uruguayos que, apenas llegué, dijeron en voz alta: "seguro que acá solo nosotros representamos a los sudacas". Mi sonrisa delató mis aires bonaerenses, así que por primera vez en varios días hablé en español con dos chicos lindos con el acento de China Zorrilla.

Cómo somos los argentinos

What is Participatory Video about?